A través de una vibrante paleta de colores, esta serie de obras evoca fondos entrelazados con delicadas cuadrículas y esferas luminosas, simbolizando el fluir dinámico de la energía cósmica.
Cada pieza explora conceptos metafísicos —la creación, el espacio, la velocidad, los átomos, la vida, el individuo y el origen del universo— transformando lo abstracto en una experiencia de introspección profunda. Las esferas y la luz, recurrentes y emblemáticas, funcionan como vehículos de iluminación y sabiduría. Su perfección geométrica, casi divina, trasciende el ámbito de lo racional, forjando un diálogo entre lo concreto y lo eterno, lo efímero y lo infinito.